jueves, 26 de abril de 2012

Défict CERO

No me gusta retrasar las entradas que voy preparando y escribiendo o que ya están casi terminadas. Entre otros motivos porque algunos me preguntáis (y me sugerís algún tema) por los nuevos escritos y me siento un poco decepcionado por no poder cumplir con mi palabra. Quería, también, salirme un poco del tema principal que se ha ido abordando durante estas últimas entradas. He preparado una sobre historia, puesto que siempre he querido hablar de nuestros héroes, recordar nuestro pasado… pero está claro que aún no ha llegado la hora para que éste breve escrito vea la luz aunque voy a intentar, por todos los medios, que sea la semana que viene cuando lo publique. No obstante, en esta entrada también se habla algo de historia.

La cuestión es que esta mañana cuando he encendido la radio, escucho que el gobierno va a aprobar este viernes una medida para que tanto Administraciones Públicas como Entes de Derecho Público que tengan un déficit negativo serán intervenidos por el Estado.
A parte de lo terrible que me pueda parecer que un Estado tenga que decir basta ante la inutilidad de la clase política, a parte de lo terrible que me parece que los organismos y entes públicos se endeuden hasta las cejas con algo que no es suyo, pero que pagamos todos o ¿es que nadie se ha dado cuenta de la diferencia que hay entre su salario bruto y lo que realmente le ingresan en el banco? Bien, ahora, normativamente, se va a intervenir a todo ente de derecho público que gaste más de lo que ingrese.

Y yo me pregunto ¿tenemos que llegar a esto? Mientras que recuerdo mis primeras clases en la facultad de derecho, sobre todo aquellas en las que se enseñaba la Teoría General del Derecho, en las que se hablaba del derecho natural y del derecho positivo, del iusnaturalismo enfrentado al iuspositivismo; de como en el primero es la propia naturaleza del hombre[1] la que determina el derecho y en el segundo el derecho está determinado por la norma. De cómo en el primero es la moral y la ética del hombre, o del político en este caso, la que le obliga a no gastar más de lo que tiene y a realizar las tareas que le hemos encomendado, y para las que le hemos elegido; como un buen padre de familia o como en el segundo caso es la norma la que le obliga a cumplir con sus deberes.
Podríamos decir que, según el derecho natural es la propia persona la que cumple con la sociedad, haciendo el bien y no el mal, por vivir en sociedad y formar parte de ésta, por el respeto que debe a sus semejantes mientras que en el derecho positivo es el sometimiento a la norma el que hace que el individuo cumpla con su deber, esto es, es la norma la que garantiza el Derecho y la convivencia y no la propia naturaleza del hombre y de su vida en sociedad.

Recuerdo también las clases de Derecho Romano en la que oí hablar del jurista Ulpiano, sobre él que hace poco leí un artículo del que fuera mi maestro en esta materia. Mirando atrás esos siete años llegué a la definición de Justicia o Iustitia como “est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi” que, traducido al castellano, sería como algo así: “la constante y perpetua voluntad de que cada uno tribute por lo suyo”. Pero no quiero acabar aquí, ya que Ulpiano enunció tres principios, a continuación de su definición de justicia y que más tarde fueron recogidos en el Digesto. Esos tres principios eran:
-         Honeste vivere
-         Alterum non laedere
-         Suum cuique tribure
Que podría traducirse como:
-         “Vivir honestamente”
-         “No dañar al otro”
-         “Dar a cada uno lo suyo” o “que cada uno tribute por lo suyo.”

La verdad es que de ser cumplidos estos principios el mundo sería maravilloso o, quizás, extremadamente aburrido…

Tras este osado inciso, en el que no sé porqué me he atrevido a hablar de materias como el Derecho Romano o la Filosofía del Derecho, quiero terminar con que realmente no tiene que hacer falta que sea la norma la que impida al gestor gastar más de lo que ingresa ya que es él, como persona (y más como un cargo elegido), el que tienen que vivir honestamente y no dañar a los demás dilapidando el dinero que tiene para hacer las funciones para las que le hemos elegido pero, también todos sabemos que, el homo homini lupus[2] (el hombre es lobo para el hombre)... Bueno, la verdad es que hablar de Hobbes y de su teoría del contrato social daría para otra entrada…


[1] Entiéndase hombre como persona, como miembro de la sociedad.
[2] Thomas Hobbes, de su libro “Leviatán”

jueves, 19 de abril de 2012

La Semana Trágica (y todavía no hemos terminado...)

(con clave de humor, no quiero ser tan dramático, ni rasgarme las vestiduras)

El caso es que el viernes empecé un manuscrito titulado “Jetacracia” como continuación o respuesta a la entrada anterior pero que no me dio tiempo a terminarlo antes del sábado (espero que esté listo dentro de poco aunque ahora ando con otros menesteres). El caso es que el sábado me comentan que el rey, en sus humanas, y naturales funciones, se levantó al baño por la noche, se pegó un lechón y se partió la cadera… hasta ahí normal, normal dentro de lo que cabe… aún recuerdo cuando fue mi tía la que pasó por esa situación en vacaciones ¡vaya despertar tuvimos el resto de la familia! Pero la noticia no acaba ahí, el caso es que Su Majestad, se había roto la cadera en Botswana, cazando y no puede más que recordar unos versos de Bernardo López:

Lloras, porque te insultaron
los que su amor te ofrecieron
¡a ti, a quien siempre temieron
porque tu gloria admiraron;
a ti, por quien se inclinaron
los mundos de zona a zona;
a ti, soberbia matrona
que, libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo
que el peso de tu corona!

Y no puedo más que recordar los dos últimos versos “no has tenido más verdugo/que el peso de tu corona”. Me parece perfecto que cada uno tenga sus pasiones, sus aficiones, sus maneras de divertirse pero Juan Carlos de Borbón y Borbón es, además, Rey de España y esto es, como decirlo sin que suene mal… ¿Cómo si fuera el Presidente de una compañía y Mariano su Consejero Delegado?¿el patriarca de un clan?¿el o la modelo que desfila con los vestidos de su cónyuge o pareja? O el florero que paseamos del brazo para que crezca nuestro ego.
Si alguno no se ha enterado aún, estamos en crisis (tres, desde mi punto de vista: de valores, de identidad y económica pero esto es otro tema). Don Juan Carlos, se va de vacaciones, que me parece fantástico que descanse, que el descanso es fundamental pero el Rey de España, a día de hoy no se puede ir. Majestad, que estamos en la más absoluta de las miserias, que cada vez hay (y habrá) menos, que el futuro no es halagüeño. Es sólo cuestión de empatía con los súbditos que tienen que ir a cáritas a comer, que cada día son más los que tienen que ir, siendo igual de donde vengan…

Realmente, don Juan Carlos de Borbón y Borbón lleva unos meses malos, que si yerno, que si su nieto, que si necesito un descanso… perfecto señor, soy, además, total partidario de su descanso. Pero la figura que usted representa, hoy, no puede descansar. Es el peso de la púrpura y si no aguanta semejante peso, no puede aguantarlo por los motivos que sean, que no venga gimoteando como un párvulo cuando ha hecho una trastada y pidiendo perdón.
Ahora hay que estar al pie del cañón como en Numancia, en las Navas de Tolosa o en el 2 de mayo, unidos y sacando a la nación adelante. El Rey tiene casi 75 años, lo tiene muy fácil, tan fácil como abdicar. Que abdique en su hijo y que se vaya a descansar. Ya ha hecho mucho por España y, sobre todo, bastante mal están las cosas ahora como para salir de casa y si no tiene fuerzas para estar al pie del cañón, su hijo sí y, pienso, que lo hará bastante bien



Como segundo plato me quedás vos, Cristina, vos y todos aquellos que te dan la razón o que critican a los que apoyamos a Repsol. He llegado a oir que somos patriotas de hojalata, que no defendemos lo nuestro pero que sí defendemos a Repsol, que Repsol es una empresa de ricos y que el petróleo es de los argentinos ¿se pueden escuchar tantas majaderías juntas?

Es volver a lo mismo, pero vuelvo, volver a lo público y a todas las carencias que lo público ofrece ¿por qué la gente quiere lo público? Porque lo privado gana dinero con el trabajo y no queremos trabajar ¿es envidia general? Puede ser, seguro, vamos. Es el cuento de la cigarra y la hormiga.
A lo público contribuimos todos y como es de todos en general no es de nadie en particular y como es tanto tuyo como mío, yo no lo cuido porque ya lo cuidas tú y tú no lo cuidas porque ya lo cuido yo y como nadie lo cuida pues se va a hacer puñetas y eso es lo que pasa con las empresas públicas. La gestión pública, como es de todos no es de nadie.

Con YPF, Cristina, va a pasar lo mismo, tus mangantes no tienen ni idea de manejar una empresa, tus mangantes van a robar todo lo que puedan en las propias narices de los argentinos.
YPF fue vendida por Duhalde, extorsionada por Néstor y expropiada por Cristina. Dentro de poco será otra vez quebrada y vendida por la mala gestión que han llevado a cabo los políticos. Alguien me dijo hace poco que en Sudamérica los contratos duran lo que dura una legislatura.

El gestor de una empresa transforma unos recursos, por los que paga un precio, los vende, obteniendo unos beneficios y se enfrenta a numerosos problemas, generalmente, intrínsecos a la empresa.
Mientras que un político o gestor público transforma unos recursos por los que no ha pagado nada en “beneficios” para la sociedad ¿Cómo alguien que nunca ha luchado contra los impagos de los malos clientes puede ser buen gestor?¿cómo alguien que nunca ha dejado de dormir porque no tiene con qué pagar las nóminas de sus empleados puede ser buen gestor?¿cómo ese alguien, aun poniendo las diligencias de un buen padre de familia, va a gestionar bien el dinero del contribuyente?

Cuanto más se recorte del estado (no seamos brutos, hay que dar unos servicios mínimos) más dispondremos de nuestro salario y disfrutaremos de él, con todas sus consecuencias. Por eso me parece una autentica salvajada lo que ha hecho Cristina.
Porque esto es lo que ocurre con lo público, que pierde por todos los lados, que sale la décima parte de lo que entra ¿cuánto tardará YPF en entrar en pérdidas?¿Y en quebrar?¿y en ser vendida?

martes, 10 de abril de 2012

La reforma que necesita España

Hace poco que se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado y la primera conclusión a la que he llegado tras leer varios artículos sobre el tema es que me parece que la nación va a la deriva y que los tripulantes no sabemos hacia dónde tirar ni que hacer para salvarlo. La confusión parece que es total.

En anteriores entradas he hablado del porqué de la falta de cultura del esfuerzo en España, de su picaresca y de su falta de honradez. Esta claro, y creo que todos estamos de acuerdo, que ahora mismo vivimos en un erial en el que no hay nada, que hemos acabado con todo y lo que producimos ya no es tan atractivo. Sin olvidar que la devaluación de la moneda ya no es una posible solución por lo que no queda más que vender barato y, quizás, para conseguir esas ventas más baratas, no quede más que rebajar los salarios por el trabajo realizado si queremos ser competitivos. Es duro, pero es la realidad y ésta es dura.
El punto de partida para la necesidad de esta reforma es, como he dicho, la crisis de económica que asola España. Esta crisis se ha producido por un gobierno débil, preocupado por mantenerse en el poder, dando espectáculo, sin importar un año cantar la internacional obrera y el año siguiente juntarse con los empresarios, pero siempre con un desprecio para unos u otros según a quien correspondiese el turno si empresarios o trabajadores… malgastando el dinero de todos los españoles en temas que, imagino, a los españoles nos importan un bledo, o deberían, si seguimos la pirámide de Maslow y nuestro propio bienestar.
A este gobierno de necios, le ha seguido otro gobierno que, con mayoría absoluta, quiere gobernar para todos. Da la impresión de que le faltan agallas a la hora de aplicar las reformas puesto que, siendo liberal – conservador, empezó con una subida de impuestos y lo último es una amnistía fiscal.


Llegados a este punto veo dos posibles salidas que implican una reforma total del sistema actual en el que vivimos. Son salidas fáciles pero es complicado llevar a la realidad lo plasmado en el papel. Fáciles porque es imponer un modelo teórico sencillo pero complicadas en el sentido del cambio radical que va a suponer en la actitud del carácter hispánico y eso es muy difícil.

Como dice el título de la entrada, España necesita una reforma urgente, necesita recuperar su identidad y hasta que no salgamos de esta crisis de identidad no superaremos la crisis económica. Para esta reforma, lo principal, es que la amplia mayoría de españoles estemos más o menos de acuerdo hacia donde ir, hacia donde remar.
Ahora se nos plantea una dura situación a los españoles, puesto que necesitamos cambiar el sistema actual. Ha quedado plasmado que el que tenemos ha fracasado, no vale, no sirve y el que piense lo contrario o no quiere verlo o no quiere saberlo o es … como tenemos que cambiar lo que tenemos ahora hay que saber qué elegir. Hay dos opciones muy básicas y muy distintas.
Podemos ir hacia un Estado puramente liberal con unos límites establecidos por éste para la actuación del individuo y que, además, dé unos servicios mínimos a todos los ciudadanos que estén cien por cien garantizados (una educación elemental hasta los 16 ó 18 años, una sanidad básica…) y a partir de ahí, que cada uno se busque la vida como buenamente sepa, quiera o pueda…
O bien hacemos un Estado de bienestar pero de verdad, basado en la solidaridad de los españoles y confiando tanto en la solidaridad del resto de nuestros compatriotas como en los gobernantes que gestionan el dinero público de todos o ¿el dinero público no es de nadie?[1]. ¿se podría encauzar nuestro actual país a un estado de bienestar? Sí, pero para eso hay que empezar por cumplir desde ya unas normas que garanticen el sostenimiento de las tareas que encarguemos al Estado o a la autonomía y hay que castigar severamente al parásito que se aproveche del contribuyente, hay que castigar severamente al estafador que pone la mano para cobrar el paro cuando tiene trabajo no declarado, hay que castigar severamente al que mancha nuestras calles (¿Cuántas farolas hay limpias en Madrid?), hay que castigar a aquel que no paga todos sus impuestos puesto que no contribuye al bienestar de los miembros de la comunidad… en definitiva, hay que castigar a todo aquel que no cumple con su deber porque no cumplir con nuestro deber es perjudicar el beneficio al que nos hemos comprometido.


Así que yo me pregunto ¿somos lo suficientemente solidarios los españoles como para compartir nuestros bienes de ahora pesando que los vamos a recuperar en un futuro? ¿Somos capaces de denunciar al estafador, al que se aprovecha de nosotros y de los bienes públicos? O mejor aun ¿somos honrados y buscamos lo que nos corresponde o queremos más aunque nos aprovechemos de otros?
Las cartas están ahí, con la baza anterior se ha demostrado que lo que tenemos no sólo no sirve sino que nos ha arruinado en apenas 30 años. Ahora nos toca decidir si queremos un padre que nos proteja, nos mime y nos cuide siendo capaces de trabajar honradamente y no aprovechándonos ni de él ni de nuestros propios hermanos o si por el contrario preferimos ser mayorcitos, cuidarnos por nosotros mismos y “a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga”

El debate está abierto, hay que tomar un camino. Uno u otro, pero no podemos seguir así.




[1] Ver la séptima pregunta empezando por el final: -¿Cómo va a replantearse esas ayudas automáticas a la producción?