jueves, 15 de marzo de 2012

NIMIS (Ni Mileuristas)

Leo con asombro ayer en un periódico de amplia tirada nacional que se ha acuñado un nuevo término para aquellas personas que tienen la “suerte” de tener un empleo pero que éste carece de una remuneración superior al millar de euros por mes.

Hace unos años, no muchos, se acuñó el término mileurista para aquellos JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) que tenían la precaria fortuna de cobrar esos mil euros mensuales y que no se correspondían ni con su ambición, ni con su preparación ni con su esfuerzo. Pero vamos, que de todos es conocido que un letrado recién colegiado y menor de 25 años tiene la capacidad suficiente para presentar, él solo, (y ganar) recursos en el Tribunal Supremo o en el Tribunal Constitucional o, también, que cualquier ciudadano se dejaría intervenir quirúrgicamente por un MIR que actúe, él solo también, como único jefe y responsable de quirófano.
Dejando atrás esta ironía, y sin querer tirar piedras sobre mi propio tejado, a donde quiero llegar es que el recién titulado no tiene experiencia práctica real y es esa experiencia la que va adquiriendo con los primeros empleos y la que le van enseñando los profesionales con los que comparte esos primeros trabajos.

El sistema educativo español es malo porque, entre otras cosas, no premia el esfuerzo, no castiga suficientemente la indolencia y, lo más preocupante, se ha adoptado la tendencia de que, desde los años 60 hasta ahora, todos tenemos que ser universitarios y que si no eres universitario no eres nada y que la universidad (pública) lo es todo y tú, sin ella, nada.
Desde ese punto hasta ahora, nos hemos encontrado con la felicidad y el despertar de la clase media española y con el “babyboom” de los 70 que, junto con la idea de los progenitores de que sus hijos han de vivir mejor que ellos se han esforzado por que vayan como sea a la universidad, da igual a qué facultad, da igual lo que estudien ¿escogemos los españoles los estudios correctos? Da igual, lo importante es ser licenciado o similar…

A día de hoy tenemos una población de estudiantes universitarios que alcanzan un rango de edad (aproximadamente) que va desde los 18 hasta los 25 años que, no sólo no son productivos, sino que le cuestan al estado una media de 10.000euros por alumno y año en las universidades (públicas) y que, por supuesto, no ingresan ni un euro a las arcas del estado.
Estas consideraciones terminan en un punto de no retorno al que ha llegado el sistema laboral español con una superpoblación de titulados universitarios, fruto de esa “titulitis”, ávidos de hacer lo mínimo por sobrevivir pero queriendo vivir holgadamente.

Un emprendedor con una idea de negocio que le permita ser empresario, al cabo del tiempo decide arriesgar su esfuerzo, su tiempo y su dinero para trabajar por esa idea. Cuando las cosas le empiezan a ir bien, se ve en situaciones fiscales agobiantes, con impuestos de sociedades, con seguros de autónomos, con impuestos sobre la renta…
Cuando sienta esa etapa de expansión, necesitará profesionales que le ayuden a mejorar su negocio y se ve en la tesitura de tener que empezar a contratar empleados que sepan captar clientes, que desarrollen sus productos y, necesitando reducir costes al máximo de los empleados, este empresario no podrá pagar un alto precio a sus trabajadores y, por consiguiente, no podrá buscar licenciados o ingenieros, aunque esperemos que alguno haya… puesto que no podrá pagar unos sueldos acordes con esa preparación.

Los impuestos que pagan estos emprendedores y contribuyentes son necesarios para mantener nuestro estado de bienestar y permitir que nuestros estudiantes de la universidad (pública) estén unos ocho años para terminar geológicas, historia, derecho, económicas, filología o estén, incluso diez, para hacer alguna ingeniería.

Luego el panorama es dramático, porque muchos de esos futuribles trabajadores son universitarios (muchos habrán necesitado bastes años más para terminar sus estudios que cursos tenga) recién licenciados que no pueden competir con otro aspirante que haya estudiado un módulo de Formación Profesional y que, sin exigir lo mismo que el titulado universitario, realiza el mismo trabajo.

Es duro saber que la situación en España es así pero no queda otra que trabajar para salir adelante. Con manifestaciones, huelgas y subvenciones no se va a conseguir nada. Hay actualmente, el mismo número de funcionarios que de emprendedores y autónomos y así no se va a avanzar nunca, si no ponemos todo nuestro empeño en lo que queremos hacer. Estoy convencido que oportunidades hay y que si se tiene una buena idea la financiación no te va a faltar, pero hace falta tener la idea y si no tienes la idea, lo siento, no te queda otra que buscarte un empleador que te pague a fin de mes…

Para esto hay que empezar por darse cuenta que la Universidad (pública) es muy cara para el contribuyente y que no se puede exprimir como se exprime a los creadores de empleo. Quiero recordar unas palabras de Peces-Barba de su época de rector en la Universidad Carlos III de Madrid, en la que daba, únicamente, cuatro convocatorias para asignatura, puesto que el alumno no puede gozar indefinidamente del dinero del contribuyente y si a la cuarta no apruebas, te vas…

Si en tu campo o sector no hay trabajo, te reciclas mientras piensas tu idea; llorando no vas a conseguir nada.

Las conclusiones que podemos sacar de estas letras son que el sistema educativo es demasiado solidario, puesto que necesitas muchos años para devolverle al Estado tu formación. Que los que realmente crean empleo son los empresarios y si los estrangulamos con impuestos para sostener el estado de bienestar se quedan sin fondos para pagar mejores sueldos a sus empleados. Y, por último, el esfuerzo y la recompensa que supone emprender y ser tu propio amo, en España, no está bien visto precisamente por ese sobreesfuerzo que supone, puesto que estamos acostumbrados a hacer lo mínimo y a criticar los progresos sin conocer los esfuerzos.

4 comentarios:

  1. Señor Joven Romántico

    De casualidad me he topado con esta entrada de su blog, en la cual usted se dedica a cuestionar y criticar la viabilidad de la universidad (pública) española. Gasta usted, señor "abogado" una buena retórica, y es de valorar que cualquier letrado que se precie de serlo disponga de esta habilidad. No obstante, mis motivaciones personales son más prácticas que teóricas, la vida me ha enseñado a intentar verlo todo de una manera lo más objetiva posible, sin tener que ceñirme a una línea estricta de pensamiento. La vida me ha enseñado a ser capaz de emitir mis propios juicios.

    Usted concluye que la universidad pública es ¿solidaria?. Admitamos pulpo. ¿Solidaria con quién, señor abogado romántico? ¿Con los estudiantes?¿Con los profesores?¿Con su contratación de personal docente basado en la endogamia pura y dura?


    Señor don Abogado, desconozco su historia personal, pero, ¿de qué lado está usted? ¿Se cree con derecho moral a criticar que un estudiante de ingeniería se pase 10 años estudiando? ¿Le parece demasiado permisivo tener más de tres convocatorias? ¿Por qué criminaliza al estudiante en lugar de criticar la labor del docente? ¿De quién es la culpa que no haya más de 20% de aprobados en algunas asignaturas? ¿Del botellón del campus? No me haga reír, a otro perro con ese hueso, por favor.

    Veamos, usted no propone ninguna solución al asunto, más allá de lo que se deduce entre líneas de la lógica de sus premisas: Universidad pública vs privada. Game Over, para la pública.

    Yo entiendo que a alguien que haya estudiado en una privada le escueza que sus padres se hayan dejado del orden de 10.000 euros al año, o más, en su formación (a la que en muchísimos casos no podría haber accedido sin el dinero de sus progenitores) para que luego en su labor de buenos contribuyentes, tengan que dejar su granito de arena para que el hijo del "obrero" pueda estudiar.

    Deduzco que se posiciona usted a favor del tasazo. Pero admítalo abiertamente, que no pasa nada. Las opiniones son como los culos: que cada uno tiene el suyo. Y yo, ante todo, respeto su opinión, no sin antes recomendarle que, a la hora de emitir una opinión con su nombre y apellidos, piense usted ¿en qué lado estoy?, lo cual se resume a lo siguiente en vista de su disertación anterior:

    - ¿Estaría a favor del tasazo si hoy por hoy no fuera una persona con una titulación universitaria?
    - ¿Estaría dispuesto a emprender?
    - ¿Estoy de verdad legitimado para emitir todas estas premisas sobre la educación pública? ¿En base a qué?

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    1. Mañana publicaré la respuesta en otra entrada.

      Buenas noches.

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  2. No puedo evitar soltar una carcajada cuando dice usted que la universidad pública es muy cara para el contribuyente. ¿Se refiere al contribuyente al que le van a hacer pagar los rescates a la banca? ¿las víctimas de las nacionalizaciones de entidades zombies como bankia? ¿Los que han de tragar con la corrupción en este país, con los puestos a dedo, princesas bobas, bolsas de basura y trajes caros? ¿El que ha de tragar con los enchufes en las empresas públicas, los puestos a dedo en universidades, etc?

    Contribuyentes somos usted (si es que trabaja) y yo, y cualquier españolito de a pie, y permítale decirle que a mi lo que sí me resulta caro y bochornoso es tener que pagar todo lo anterior, las corruptelas de los demás, y no la cuarta matrícula de un estudiante de ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid.


    ¿ Si tan buenas son las universidades privadas, dígame, por qué muchas de ellas han de expedir títulos de una pública ?

    La universidad pública no falla, la universidad pública es un CONCEPTO, que no debe extinguirse jamás. Lo que falla es su mala gestión, que responde más al enchufismo y a la motivación de "profesión funcionario" que existe en este país que a la intención de egresar buenos profesionales. Porque aquí se han abierto universidades a tutiplén, en capitales de provincia y en lugares en los que no eran necesarias, creando una burbuja de títulos que va a hacer mucho daño, creando puestos para enchufar a familiares y amigos, donde una persona que hace fotocopias en una capital de provincia gana sus 1200 netos por 14 pagas, y todo así.


    Por supuesto, esto ha hecho mucha pupa a la universidad privada, que veía que sus aulas se iban quedando cada vez más vacías por la crisis y por la creciente oferta de universidades. Eso sí, al césar lo que es del césar: el márketing que se gastan las privadas es digno de admirar, se autoproclaman "la élite", hasta llegar al "modo logia ON", con cenas anuales, fomentando las redes clientelares entre unos y otros. No está mal pensado, no. El problema viene cuando se sale de este mundillo y toca enfrentarse a la realidad.

    En otro orden de cosas, habla usted de financiaciones a emprendedores. ¿Lo dice o lo cuenta? Le recuerdo que habla usted de un país en el que es más factible que le den una hipoteca a un sudamericano empleado de la construcción (bueno, más bien, era) que a un recién titulado universitario con la idea de montar un negocio online. Si hasta para comprar un ordenador personal te piden mil y un avales. No, en este país eso no funciona, porque esto no es Sillicon Valley, my friend, aquí nunca se montará Facebook ni Google ni Microsoft, aquí lo que se lleva es poner ladrillos encima de otros, el vino, la paella y los toros. Ah! y cómo no, el fútbol.

    Nuestros universitarios (sí, los de la pública como usted dice) son muy apreciados en el extranjero, por algo será. ¿Que hay que esforzarse para poner remedio a la situación? Si no digo yo que no, pero empecemos dando ejemplo, que el "que inventen otros" ya sabemos cómo acaba. Es decir, por poner un ejemplo, empiece usted emprendiendo y nos cuenta sus tribulaciones en este blog. ¿No le parece una brillante idea?


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    Luego el panorama es dramático, porque muchos de esos futuribles trabajadores son universitarios (muchos habrán necesitado bastes años más para terminar sus estudios que cursos tenga) recién licenciados que no pueden competir con otro aspirante que haya estudiado un módulo de Formación Profesional y que, sin exigir lo mismo que el titulado universitario, realiza el mismo trabajo
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    ¿De verdad piensa usted que un FP vale para lo mismo que un licenciado? Lo tendré en cuenta a la hora de elegir al profesional que haya de defenderme en un pleito. Ah! No! Que su profesión sí está regulada...

    Tenga ud muy buenas tardes, don licenciado abogado joven romántico.

    Fdo: una servidora.

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    1. Mañana publicaré la respuesta en otra entrada.

      Buenas noches.

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