martes, 10 de abril de 2012

La reforma que necesita España

Hace poco que se han aprobado los Presupuestos Generales del Estado y la primera conclusión a la que he llegado tras leer varios artículos sobre el tema es que me parece que la nación va a la deriva y que los tripulantes no sabemos hacia dónde tirar ni que hacer para salvarlo. La confusión parece que es total.

En anteriores entradas he hablado del porqué de la falta de cultura del esfuerzo en España, de su picaresca y de su falta de honradez. Esta claro, y creo que todos estamos de acuerdo, que ahora mismo vivimos en un erial en el que no hay nada, que hemos acabado con todo y lo que producimos ya no es tan atractivo. Sin olvidar que la devaluación de la moneda ya no es una posible solución por lo que no queda más que vender barato y, quizás, para conseguir esas ventas más baratas, no quede más que rebajar los salarios por el trabajo realizado si queremos ser competitivos. Es duro, pero es la realidad y ésta es dura.
El punto de partida para la necesidad de esta reforma es, como he dicho, la crisis de económica que asola España. Esta crisis se ha producido por un gobierno débil, preocupado por mantenerse en el poder, dando espectáculo, sin importar un año cantar la internacional obrera y el año siguiente juntarse con los empresarios, pero siempre con un desprecio para unos u otros según a quien correspondiese el turno si empresarios o trabajadores… malgastando el dinero de todos los españoles en temas que, imagino, a los españoles nos importan un bledo, o deberían, si seguimos la pirámide de Maslow y nuestro propio bienestar.
A este gobierno de necios, le ha seguido otro gobierno que, con mayoría absoluta, quiere gobernar para todos. Da la impresión de que le faltan agallas a la hora de aplicar las reformas puesto que, siendo liberal – conservador, empezó con una subida de impuestos y lo último es una amnistía fiscal.


Llegados a este punto veo dos posibles salidas que implican una reforma total del sistema actual en el que vivimos. Son salidas fáciles pero es complicado llevar a la realidad lo plasmado en el papel. Fáciles porque es imponer un modelo teórico sencillo pero complicadas en el sentido del cambio radical que va a suponer en la actitud del carácter hispánico y eso es muy difícil.

Como dice el título de la entrada, España necesita una reforma urgente, necesita recuperar su identidad y hasta que no salgamos de esta crisis de identidad no superaremos la crisis económica. Para esta reforma, lo principal, es que la amplia mayoría de españoles estemos más o menos de acuerdo hacia donde ir, hacia donde remar.
Ahora se nos plantea una dura situación a los españoles, puesto que necesitamos cambiar el sistema actual. Ha quedado plasmado que el que tenemos ha fracasado, no vale, no sirve y el que piense lo contrario o no quiere verlo o no quiere saberlo o es … como tenemos que cambiar lo que tenemos ahora hay que saber qué elegir. Hay dos opciones muy básicas y muy distintas.
Podemos ir hacia un Estado puramente liberal con unos límites establecidos por éste para la actuación del individuo y que, además, dé unos servicios mínimos a todos los ciudadanos que estén cien por cien garantizados (una educación elemental hasta los 16 ó 18 años, una sanidad básica…) y a partir de ahí, que cada uno se busque la vida como buenamente sepa, quiera o pueda…
O bien hacemos un Estado de bienestar pero de verdad, basado en la solidaridad de los españoles y confiando tanto en la solidaridad del resto de nuestros compatriotas como en los gobernantes que gestionan el dinero público de todos o ¿el dinero público no es de nadie?[1]. ¿se podría encauzar nuestro actual país a un estado de bienestar? Sí, pero para eso hay que empezar por cumplir desde ya unas normas que garanticen el sostenimiento de las tareas que encarguemos al Estado o a la autonomía y hay que castigar severamente al parásito que se aproveche del contribuyente, hay que castigar severamente al estafador que pone la mano para cobrar el paro cuando tiene trabajo no declarado, hay que castigar severamente al que mancha nuestras calles (¿Cuántas farolas hay limpias en Madrid?), hay que castigar a aquel que no paga todos sus impuestos puesto que no contribuye al bienestar de los miembros de la comunidad… en definitiva, hay que castigar a todo aquel que no cumple con su deber porque no cumplir con nuestro deber es perjudicar el beneficio al que nos hemos comprometido.


Así que yo me pregunto ¿somos lo suficientemente solidarios los españoles como para compartir nuestros bienes de ahora pesando que los vamos a recuperar en un futuro? ¿Somos capaces de denunciar al estafador, al que se aprovecha de nosotros y de los bienes públicos? O mejor aun ¿somos honrados y buscamos lo que nos corresponde o queremos más aunque nos aprovechemos de otros?
Las cartas están ahí, con la baza anterior se ha demostrado que lo que tenemos no sólo no sirve sino que nos ha arruinado en apenas 30 años. Ahora nos toca decidir si queremos un padre que nos proteja, nos mime y nos cuide siendo capaces de trabajar honradamente y no aprovechándonos ni de él ni de nuestros propios hermanos o si por el contrario preferimos ser mayorcitos, cuidarnos por nosotros mismos y “a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga”

El debate está abierto, hay que tomar un camino. Uno u otro, pero no podemos seguir así.




[1] Ver la séptima pregunta empezando por el final: -¿Cómo va a replantearse esas ayudas automáticas a la producción?

1 comentario:

  1. No creo que se pueda hablar de solidaridad cuando esta no es voluntaria.
    Cuando el estado me quita el dinero (vía impuestos) y decide regalárselo a otras personas (vía subvenciones) no se puede hablar de solidaridad, ni de que yo sea solidario.

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