jueves, 19 de abril de 2012

La Semana Trágica (y todavía no hemos terminado...)

(con clave de humor, no quiero ser tan dramático, ni rasgarme las vestiduras)

El caso es que el viernes empecé un manuscrito titulado “Jetacracia” como continuación o respuesta a la entrada anterior pero que no me dio tiempo a terminarlo antes del sábado (espero que esté listo dentro de poco aunque ahora ando con otros menesteres). El caso es que el sábado me comentan que el rey, en sus humanas, y naturales funciones, se levantó al baño por la noche, se pegó un lechón y se partió la cadera… hasta ahí normal, normal dentro de lo que cabe… aún recuerdo cuando fue mi tía la que pasó por esa situación en vacaciones ¡vaya despertar tuvimos el resto de la familia! Pero la noticia no acaba ahí, el caso es que Su Majestad, se había roto la cadera en Botswana, cazando y no puede más que recordar unos versos de Bernardo López:

Lloras, porque te insultaron
los que su amor te ofrecieron
¡a ti, a quien siempre temieron
porque tu gloria admiraron;
a ti, por quien se inclinaron
los mundos de zona a zona;
a ti, soberbia matrona
que, libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo
que el peso de tu corona!

Y no puedo más que recordar los dos últimos versos “no has tenido más verdugo/que el peso de tu corona”. Me parece perfecto que cada uno tenga sus pasiones, sus aficiones, sus maneras de divertirse pero Juan Carlos de Borbón y Borbón es, además, Rey de España y esto es, como decirlo sin que suene mal… ¿Cómo si fuera el Presidente de una compañía y Mariano su Consejero Delegado?¿el patriarca de un clan?¿el o la modelo que desfila con los vestidos de su cónyuge o pareja? O el florero que paseamos del brazo para que crezca nuestro ego.
Si alguno no se ha enterado aún, estamos en crisis (tres, desde mi punto de vista: de valores, de identidad y económica pero esto es otro tema). Don Juan Carlos, se va de vacaciones, que me parece fantástico que descanse, que el descanso es fundamental pero el Rey de España, a día de hoy no se puede ir. Majestad, que estamos en la más absoluta de las miserias, que cada vez hay (y habrá) menos, que el futuro no es halagüeño. Es sólo cuestión de empatía con los súbditos que tienen que ir a cáritas a comer, que cada día son más los que tienen que ir, siendo igual de donde vengan…

Realmente, don Juan Carlos de Borbón y Borbón lleva unos meses malos, que si yerno, que si su nieto, que si necesito un descanso… perfecto señor, soy, además, total partidario de su descanso. Pero la figura que usted representa, hoy, no puede descansar. Es el peso de la púrpura y si no aguanta semejante peso, no puede aguantarlo por los motivos que sean, que no venga gimoteando como un párvulo cuando ha hecho una trastada y pidiendo perdón.
Ahora hay que estar al pie del cañón como en Numancia, en las Navas de Tolosa o en el 2 de mayo, unidos y sacando a la nación adelante. El Rey tiene casi 75 años, lo tiene muy fácil, tan fácil como abdicar. Que abdique en su hijo y que se vaya a descansar. Ya ha hecho mucho por España y, sobre todo, bastante mal están las cosas ahora como para salir de casa y si no tiene fuerzas para estar al pie del cañón, su hijo sí y, pienso, que lo hará bastante bien



Como segundo plato me quedás vos, Cristina, vos y todos aquellos que te dan la razón o que critican a los que apoyamos a Repsol. He llegado a oir que somos patriotas de hojalata, que no defendemos lo nuestro pero que sí defendemos a Repsol, que Repsol es una empresa de ricos y que el petróleo es de los argentinos ¿se pueden escuchar tantas majaderías juntas?

Es volver a lo mismo, pero vuelvo, volver a lo público y a todas las carencias que lo público ofrece ¿por qué la gente quiere lo público? Porque lo privado gana dinero con el trabajo y no queremos trabajar ¿es envidia general? Puede ser, seguro, vamos. Es el cuento de la cigarra y la hormiga.
A lo público contribuimos todos y como es de todos en general no es de nadie en particular y como es tanto tuyo como mío, yo no lo cuido porque ya lo cuidas tú y tú no lo cuidas porque ya lo cuido yo y como nadie lo cuida pues se va a hacer puñetas y eso es lo que pasa con las empresas públicas. La gestión pública, como es de todos no es de nadie.

Con YPF, Cristina, va a pasar lo mismo, tus mangantes no tienen ni idea de manejar una empresa, tus mangantes van a robar todo lo que puedan en las propias narices de los argentinos.
YPF fue vendida por Duhalde, extorsionada por Néstor y expropiada por Cristina. Dentro de poco será otra vez quebrada y vendida por la mala gestión que han llevado a cabo los políticos. Alguien me dijo hace poco que en Sudamérica los contratos duran lo que dura una legislatura.

El gestor de una empresa transforma unos recursos, por los que paga un precio, los vende, obteniendo unos beneficios y se enfrenta a numerosos problemas, generalmente, intrínsecos a la empresa.
Mientras que un político o gestor público transforma unos recursos por los que no ha pagado nada en “beneficios” para la sociedad ¿Cómo alguien que nunca ha luchado contra los impagos de los malos clientes puede ser buen gestor?¿cómo alguien que nunca ha dejado de dormir porque no tiene con qué pagar las nóminas de sus empleados puede ser buen gestor?¿cómo ese alguien, aun poniendo las diligencias de un buen padre de familia, va a gestionar bien el dinero del contribuyente?

Cuanto más se recorte del estado (no seamos brutos, hay que dar unos servicios mínimos) más dispondremos de nuestro salario y disfrutaremos de él, con todas sus consecuencias. Por eso me parece una autentica salvajada lo que ha hecho Cristina.
Porque esto es lo que ocurre con lo público, que pierde por todos los lados, que sale la décima parte de lo que entra ¿cuánto tardará YPF en entrar en pérdidas?¿Y en quebrar?¿y en ser vendida?

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