lunes, 9 de enero de 2012

Sobre los impuestos

Estimados lectores, lo primero es pedir disculpas por el retraso que llevo en el artículo sobre la no reforma del sistema electoral, sobre por qué no se va a reformar... Lo que he preparado hoy es una pequeña reseña, escrita por mí, sobre una de las primeras medidas tomadas por el nuevo gobierno popular.


Como bien he dicho, una de las primeras medidas que ha tomado este gobierno ha sido la de aumentar los impuestos directos. Bien, yo personalmente considero que un país tiene el deber de obtener unos ingresos para realizar las diversas tareas que nosotros como ciudadanos pertenecientes a un estado le hemos encomendado que haga por nostros.

Me molestan las subidas de impuestos, me molesta que con mi dinero se hagan cosas que yo no quiero que se hagan o no considero apropiadas pero, a fin de cuentas, somos los ciudadanos los que elegimos a quienes van a decidir el qué se va a hacer con esa bolsa de ¿dinero público? a la que todos hemos contribuido a llenar.

Entiendo que mis impuestos son necesarios para que haya unos servicios y unas infraestructuras que hacen falta para que funcione una nación pero, ¿realmente son necesarios tantos? ¿y por triplicado, a veces? Para dar unos servicios mínimos a un ciudadano, sí son necesarios. Aun que esto no es nuevo, no deja de ser una evolución de lo que era un sistema feudal mejorado, de la evolución de lo que fue el contrato social medieval.

Siguiendo este contrato social puedo llegar a entender que se suban los impuestos para mejorar los servicios que ofrece el Estado, que actualmente como ciudadano y contribuyente recibo de este país y que, afortunadamente para mí, no son muchos los que ahora necesito pero no son pocos los que disfrutan familiares míos. Comprendo que se dé más seguridad con esos impuestos que se nos han incrementado, que haya más tranquilidad, que disminuya la delincuencia, es más lo veo muy aceptable.
Pero si hay algo que me entristece y me desanima como ciudadano (y como contribuyente) de esta España y eso es que me suban mis impuestos para pagar la deuda contraída por nuestros gobernantes, para pagar esos más de setecientos mil millones de euros que debe España... En época de bonanza económica, un gobierno socialdemócrata baja los impuestos y en una época de recesión son subidos por un gobierno conservador: El mundo al revés, pero Spain is different.

Me gusta que me bajen los impuestos, como a todos, imagino, y entiendo que si se bajan los impuestos el Estado nos dará menos cosas o servicios pero, realmente, no me importa porque tengo el suficiente criterio como para saber en qué gastar lo que gano. Pero que tengan que subir los impuestos y que no recibamos nada a cambio, que se tengan que subir los impuestos para pagar una deuda contraída por unos gobernantes adolescentes, nada previsores y no diligentes con sus funciones y que no han cumplido con sus deberes como dirigentes es una cosa que, a parte de no entender, me revuelve por dentro.

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